Black Friday origen y a consumir se ha dicho

Black Friday origen y a consumir se ha dicho

¿Cuál es la historia originaria del Black Friday? Argumentos, curiosidades y consumismo contemporáneo.

Presentación.

El Black Friday se ha convertido en un acontecimiento comercial de los más conocidos en todo el mundo. Cada aó, millones de consumidores esperan que llegue ese día para hacer frente a unos supuestos grandes descuentos. Sin embargo, su origen real se aleja bastante de lo que son promociones, rebajas o estrategias de marketing. La historia es mucho más curiosa y en cierto modo, también más humana.

En este artículo, pasamos a desgranar el verdadero origen del Black Friday, la manera en que evolucionó de un caos callejero hasta ser un fenómeno a nivel mundial y de qué manera ha llegado a ser hoy un símbolo del consumismo por excelencia.

 

 

El origen del Black Friday: Fidalelfia en los años 50.

La primera referencia viene en la década de 1950. La policía de la ciudad empleó dicha expresión para referirse al gran caos que existía el día siguiente a la celebración del Día de Acción de Gracias.

Las calles se llenaban de turistas, curiosos y personas que acudían a ver el tradicional partido de fútbol del Ejército y la Armada. El resultado era simple:

Tráfico colapsado.

Las personas se movían sin ningún tipo de orden.

Comercios desbordados.

Aumento de pequeños robos aprovechando el tumulto.

Para los agentes era uno de los días más complicados del año. Y no tenía absolutamente nada que ver con descuentos ni promociones especiales.

 

De «día negro» a oportunidad comercial.

Aunque el término tenía inicialmente una connotación negativa, los comerciantes empezaron a detectar un patrón claro. Ese flujo de personas aumentaba las ventas de forma espontánea. Las tiendas hacían más caja. Y muchas pasaban, literalmente, de números rojos a números negros en sus libros de cuentas.

Ese simple detalle contable fue suficientes para que el comercio adoptara el término con orgullo. Poco a poco, Black Friday dejó de ser sinónimo de caos policial para convertirse en un día rentable, especial y más adelante, explotado con inteligencia por el marketing moderno.

 

La transformación: del caos al día «sagrado» para comprar.

El gran día para ahorrar en una batidora que no usarás.

Con el paso de los años, el Black Friday dejó de ser una curiosidad local. Estados Unidos lo convirtió en un acontecimiento nacional. Y el resto del mundo no tardó en copiar un modelo que asegura ventas, movimiento y titulares.

Hoy es ese día «sagrado» en el que millones de personas madrugan más que un lunes laboral para cumplir una misión muy noble: ahorrar unos dineros en productos que probablemente no vayas a usar nunca.

Compradres como gladiadores modernos.

La sociedad de consumo ha logrado moldear este evento hasta convertirlo en una auténtica competición.

Un día en el que:

El centro comercial se convierte en la arena.

Los compradores actúan como gladiadores.

El premio es un 20% de descuento que, si somos sinceros, estaba disponible la semana anterior con otro nombre.

¿Exageración? No tanto. Cada año vemos vídeos de personas corriendo, empujando o discutiendo por productos que ni siquiera necesitaban antes de ver la etiqueta «Oferta Black Friday».

 

¿El mayor descuento? La dignidad.

Comprar cosas que no necesitamos.

Con el dinero que no tenemos.

Para impresionar a personas que ni siquiera conocemos.

Y lo hacemos sin pensarlo demasiado porque la palabra «descuento» actúa como un gatillo psicológico.

Siempre queda el Cyber Monday.

Si el arrepentimiento aparece, siempre podemos devolver la compra el lunes siguiente… ¿o no? En realidad, ese día también está reservado para comprar más, porque es Cyber Monday. Y las tiendas vuelven a crear la ilusión de una oportunidad única.

 

El Black Friday como consumo exacerbado.

El Black Friday más que un evento comercial, se ha convertido en un reflejo del consumismo moderno. El mundo se puede detener si vemos que ese chándal violeta que no compraríamos nunca tiene un 70% de descuento.

 

Conclusión.

El origen del Black Friday nada tiene que ver con el marketing actual. Nació como un caos urbano, creción como un día de ventas inesperadas y terminó convertido en un fenómeno global que mueve millones. Hoy es el recordatorio de cómo la cultura del consumo puede tranformar un simple término policial en una tradición mundial.

Pero también es una buena oportunidad para recordar que, antes de aprovechar una oferta conviene preguntarse si realmente la necesitamos.

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